El PGA Championship nos dejo muchas cosas. Fue una semana apasionante, donde no hubo un claro candidato, un jugador que destaque por sobre el resto los 4 días, y todos batallaron por la victoria hasta el final.
Más allá de los resultados, nos encontramos con varias curiosidades, como la rotura del drive de Bryson DeChambeau, que no deja de impresionar por su potencia.
También, vimos a un Rickie Fowler realizando una papa con su putter, demostrando que le puede pasar a cualquiera, y fue una muestra clara del nerviosismo que viven los jugadores en este tipo de torneos, llevándolos al punto de cometer este tipo de errores tontos.
Sin embargo, lo que más nos llamo la atención fue la historia que vivió Rory Mcilroy en la ronda del día sábado, donde demostró la esencia del golf más allá del juego y protagonizando la historia del fin de semana.