Sensaciones encontradas en la vuelta del golf. Luego de nueve semanas parece que la actividad vuelve a tomar su rumbo. Un deporte sin público, pero que ha sabido entretener a los miles de televidentes y algunos afortunados que pudieron caminar los fairways de los mejores campos de Estados Unidos.Pero esta vez, el contexto vuelve a modificarse. Tal vez porque, ni más ni menos, se viene el primer major del 2020.
COVID mediante, el PGA Championship le arrebató el debut anual a las azaleas de Augusta. El hermano menor de la familia más célebre en los torneos de golf. Para su edición número 102, TPC Harding Park, en San Francisco, será el hogar de una cita con mucha historia. Segunda vez que este campo aloja un torneo grande, debutando en la élite en la recordada Presidents Cup del año 2009.
El PGA Championship se estableció con el propósito de brindar un torneo de alto perfil específicamente para los golfistas profesionales. Esto contrasta con los otros tres grandes campeonatos, dos de los cuales son organizados por organismos íntimamente relacionados al deporte amateur (US Open y The Open), y el otro por un club privado fundado por un aficionado (mal llamado) de toda la vida como Bobby Jones (The Masters).